La novia de Franki, 1935

Por Alberto Litter El monstruo de Frankenstein no gruñe, parece una motito de cincuenta cilindradas procurando arrancar. El efecto es fabuloso. La película comienza con una juntada en un castillo medieval de Suiza, en alguna zona montañosa de Ginebra, donde la estirada Mary Shelley, su maridito el romanticón Percy Bysshe Shelley y el infaltable Lord…

¿¿¿ Sirve para algo ???

Para responder, deberíamos empezar por indicar el giro que se produce en la Teoría Literaria a finales de la década del ochenta del Siglo XX, giro que viene a romper con el concepto de «mímesis» aristotélica, en el cual se basaba toda la tradición occidental desde hacía 2.300 años. Aristóteles dice en su Poética que las artes se diferencian según el modo en que imitan la realidad, que la imitación de la realidad provoca un placer no relacionado con lo agradable sino con el saber, y que esta imitación de la realidad era la que movilizaba la creación del espíritu humano.