No hay piedad ni perfume en en la poesía de Matías Ávalos. Lo que hay es hueso pelado, calles sudadas, caballos que se sientan a pensar como santos rotos, y rosarios entre los dientes como si fueran armas blancas. Son poemas de un país que bosteza con la boca rota, donde los colectivos vomitan gente vencida y la esperanza se vende en sobrecitos como comida para perros callejeros.
Todo transpira un calor raro: un calor que no viene del sol, sino de adentro, de lo que fermenta cuando uno escribe contra la pared de una patria sin ventanas. Lo tropical no es la selva, es la fiebre. Lo weird no es un monstruo, es un caballo sentado en el pensamiento de Dios.
Lo literario acá no salva a nadie. Solo sangra con estilo. Tres textos, tres disparos, tres maneras de decir lo mismo: que este país, este cuerpo, esta noche… están hechos mierda, pero siguen escribiendo con los dientes.
⸎
dejalo que bostece
se rompa los dientes
el pelo la ternura
anoche el tiempo juntaba
sus huesitos
un perro
nos pidió disculpas
anda perdido
el olor a caca
dio las gracias
con las manos cerradas
la voz curtida
la sangre correcta
quién le dio sus privilegios
a la noche?
sus indios?
su triste cerveza?
en las esquinas iban
colectivos vomitando
caras del siglo nuevo
la resaca de la aurora
un hijo todavía blando
en el útero
del mundo sostenía
este rosario entre
los dientes
soñaba con muertes
e inviernos
ni lamento ni sed:
la sangre es pajarito sucio
llega el día y revienta
sobre avenidas y colegios
los amantes se matan
como el agua
reconocen con la boca
victorias de relojes
y escritorios
sábado 16 de mayo
ciudad de Resistencia
liquido mis gusanos
me digo tiernamente
que la esperanza
propone al pueblo sus hienas
alimento barato y noble
bajo esta piel nuestro lobo
se lame las heridas
y a lo mejor es
un santo equivocado
has visto morir a tanto amigo
allá/ hemos sido
tanto espejo
para un muro/
siendo las 06:35 convoco a
mi falta de ortografía
a mis límites
querías escribir el mundo
y fracasaste hijo de remil puta
⸎⸎
julia vuelve al cuarto y me
me avisa que alguien
recién nomás
rompió la ventana,
imposible le digo
no escuché vidrios
que se rompían
la casa tranquila
parece un animal
que nos contuviera
y algo oscuro
y que vuela
nos inquieta en el
mismo centro
andá y fijate me dice julia
en efecto hay un hueco
y los vidrios agrietados
alrededor
hijos de puta digo
me acerco y veo
las líneas que se
cruzan y detienen
en el centro
y al otro lado
afuera
un caballo sentado
en el pensamiento de dios
exhibe grandes promesas
y palacios a la gente
que llora
hay que arreglar esto,
le digo a julia sí
me dice es muy triste
agrega: los dos callamos
barridos por
una tristeza del tamaño
de un país
julia me rodea el brazo
habrá que tapiar la
ventana por las dudas me dice
y todo lo que hicimos
para evitarlo le digo
fue totalmente al pedo
julia me mira
y le adivino el corazón
apretado y la rabia
contenida como
un tigre en un vaso
no hay por qué llorar digo
no hay por qué pudrirse
y a pesar de la sangre
nos prometemos aguantar
y si hace falta
caminar descalzos
aunque duelan las piedras
o el futuro
⸎⸎⸎
volverán las oscuras golondrinas
por qué oscuras bécquer
por qué golondrinas
pájaros blancos como la muerte
hay un cuervo que nos devora
desde adentro
se llama país
y ya que estamos
por qué sus nidos a colgar
si ya colgamos un hermano
en cierto ministerio de cierta
economía si somos torpes
como una silla
y además nos duelen los testículos
las tupidas madreselvas a quién le
importan si hoy un pan no tiene
a su chico y al contrario
así no te querrán
gran verdad
todo es en vano
como llorar a los pies
de cristo
como prender la noche en una habitación
donde nadie nos espera
y hay que correr a la farmacia de turno
y putear al tiempo y los paraguas
y la muerte al final del día
cuando se abre el pensamiento
del universo completo y salen caballos
y ventanas y otras dolencias
y escribir la carta el poema la canción
y escribir porque los pies
y escribir porque también
porque tampoco y al contrario

