Anya Taylor-Joy es una criatura anglo-argentina nacida en las fauces de los Estados Unidos, pero que mamó castellano en la humedad porteña. Sí, tiene apellido inglés y rasgos de elfa nórdica, pero habla con tonito argento, como quien arrastra una infancia entre empanadas y libretas del colegio. Es la menor de seis—aunque ya parece un oráculo de otro mundo. Su madre es una mezcla de raíces hispano-británicas y su padre, un ex banquero mutante de linaje argentino-escocés, la llevó a vivir en Londres cuando ella tenía seis. Fue bailarina de ballet hasta los 16, cuando un agente la pescó como quien halla una joya en un delta digital: la fichó para Storm Model Management. Y desde ahí, viró hacia el cine. Esta nota la agarró justo ahí: cuando todavía estaba encendiendo la mecha de una carrera que ya olía a combustión de culto. ¡Y qué actriz, che!

Arranquemos:

1

Su primer largometraje protagónico fue un boom: The Witch (2015). Es una película sórdida, oscura, lo mejor de terror sobrenatural y brujas y aquelarres que vi en los últimos años. Ambientada en la tenebrosa Nueva Inglaterra del siglo XVII, una familia compuesta por un hombre llamado William, su esposa Katherine, su hija Thomasin (Anya Taylor-Joy), su hijo Caleb y los gemelos Mercy y Jonás, es expulsada de la comunidad puritana en la que vive. Se instalan cerca de un bosque aislado y escabroso, cuando la mujer da a luz a su quinto hijo. Estando al cuidado de Thomasin, el bebé es raptado por una bruja que quiere usar su sangre y su grasa para preparar un ungüento para volar. La ambientación desoladora, la atmósfera terrible y las densidades boscosas en aquel contexto desgarrado por la paranoia cristiana y las brujas al servicio de Satanás, son tremendas. En el primer tramo de la peli, William y su hijo Caleb se adentran en el bosque para cazar y el padre enseña:

—Caleb, ¿naciste siendo un pecador?

—Sí. Fui concebido en el pecado y nacido en la injusticia.

—Y, ¿cuál es tu pecado de nacimiento?

—Adán me lo ha traspasado a mí, y también es mi pecado, porque es parte de mí.

—Muy bien, Caleb. Y, ¿puedes decirme ahora cuál es tu naturaleza corrupta?

—Mi naturaleza es corrupta, privada de gracia, se rinde ante el pecado, sólo ante el pecado y lo hace continuamente.

Tras la desaparición del bebé, la vida dura y gris debe continuar en aquel bosque lúgubre, ya que la familia debe sobrevivir. A partir de este momento, la película se va deshilando en torno a Thomasin, el personaje interpretado por Anya Taylor, quien declaró que se divirtió mucho durante el rodaje de The Witch y que rápidamente sintonizó energías con el director Robert Eggers. La trama se enturbia todavía más cuando Thomasin es acusada por su madre de robar una copa de plata. Los gemelos Mercy y Jonás también la acusan, dicen que es una bruja. William el padre procura mantener unida a la familia, manda a todes a rezar y a ayunar. Los gemelos juegan con un macho cabrío llamado Black Phillip, que, dicen, les habla. Además, la cosecha es mala, no hay comida y todo comienza a precipitar. Katherine pierde la compostura, dice que su familia está maldita porque no bautizaron al bebé. El bosque, poco a poco, los va devorando. El clima asfixia minuto a minuto ni bien entrada la mitad de la peli y la desesperación toma el control, los arrebatos de locura hunden a la familia de desgracia en desgracia. La fotografía es ciertamente terrorífica y la banda sonora, por Mark Korven, revela en la ambientación trágica la demencia posmedieval de los devotos cristianos. La escena final es todo Anya Taylor Joy, será difícil de olvidar.

 

2

Morgan (2016) es una peli de ciencia ficción. Anya Taylor-Joy interpreta a Morgan, un humano híbrido, modificado genéticamente, y creado por la poderosa corporación Synsect. Después de dos intentos fallidos, Morgan es exitosamente desarrollado en un laboratorio por un grupo de científicos. El híbrido en cuestión crece rápido, tiene cinco años pero parece adolescente. La peli comienza con un episodio de violencia protagonizado por Morgan, quien destroza a piñas la nariz de su terapeuta, interpretado por la escocesa Rose Leslie —a quienes las y los fanas de Game of Thrones tienen por Ygritte—. Cae entonces Kate Mara (¡cuánto amamos a Kate Mara!, y a su hermana Rooney también, ¡cuánto la amamos!), enviada por la corporación, para calmar las aguas, saber qué pasó. Enseguida cae otro loquito, también enviado por la corporación,  el Dr. Shapiro, interpretado por el siempre eficaz Paul Giamatti, que debe interrogar al humanoide. Los métodos del Dr. Shapiro son psicológicamente perversos y el interrogatorio desata la ira de Morgan, que lo asesina de una dentellada mortal en la garganta. Más allá de que el tipo se lo merecía, Morgan emprende la fuga y ahí se complica la cosa, y es justamente Kate Mara quien debe resolver el desmadre, perseguir y cazar al híbrido. Así las cosas, Morgan comienza a asesinar a los miembros del equipo científico que la creó, incluyendo a la pelirroja Leslie, que era a la que, supuestamente, el humanoide más cariño le tenía. Por suerte Kate Mara va poniendo las cosas en orden y cuando mantiene una batalla cuerpo a cuerpo con Anya Taylor Joy caemos en la cuenta de que ella también, Kate Mara, es un híbrido —aunque en realidad ya lo sospechábamos desde mucho antes. Al final, da pena verla morir a Anya porque a estas alturas uno ya se va encariñando con el híbrido sobre todo porque es un híbrido bien interpretado, pulsional, temperamental, cuya potencia radica en la complejidad de experimentar la memoria y las emociones humanas, sus contradicciones y tragedias, y que recuerda a la gran perfo de Evan Rachel Wood en el primer episodio de la primera temporada de West World.

 

3

Split (2016) es una película del gran M. Night Shyamalan, director y guionista indio-estadounidense que se ganó el Olimpo de los dioses de la cinematografía con su obra maestra The Sixth Sense (1999). Split es la segunda parte de una trilogía que comenzó con Unbreakable (2000) y que culminará con Glass, de pronto estreno. Trata sobre un tipo, Kevin Wendell Crumb, interpretado por el versátil James McAvoy, que posee 24 personalidades. O sea, está loquito. Algunas de esas personalidades son peligrosas y temerarias y una de ellas, La Bestia, tiene súper poderes. La cosa es que en la primera escena de la peli Anya Taylor-Joy es secuestrada, junto a otras dos adolescentes, por McAvoy. Aparecen las chicas encerradas en una habitación, en alguna especie de subsuelo laberíntico, que después nos enteramos, había debajo de un zoológico, donde vivían Kevin y sus personalidades. Así las cosas, hay tres personalidades de Kevin que adoran a La Bestia, que también es una de las personalidades de Kevin, llamada Barry. Pues bien, Barry se convierte en La Bestia, cuyos planes son liberar al mundo de los “impuros”, aquellos cuyos corazones son impuros porque nunca han sufrido en sus vidas. La historia sigue de cerca al personaje de Anya, que fue abusado por su tío e incluso después de la muerte de su padre por el mismo tío, que se queda con la tenencia de la niña. Afuera, Kevin se va entrevistando con la doctora Fletcher, buena gente, que lo quiere ayudar. La doctora Fletcher pronto descubre que Barry está usurpando una de las personalidades de Kevin, y, poco después, ya convertido en La Bestia, la mata. La Bestia también mata a las otras dos chicas, excepto a Anya. Y, cuando está a punto de asesinarla, en una de las escenas más sensacionales de la peli, le dice La Bestia a Anya:

—Eres diferente al resto. Tu corazón es puro. ¡Regocíjate! Los rotos son los más evolucionados.

 

4

Thoroughbreds (2017), que significa purasangre, es una buena peli de terror psico-horse. Anya Taylor-Joy comparte pantalla con Olivia Cooke (Ready Player One, 2018). En esta historia, Anya y Olivia interpretan a dos estudiantes de clase alta que en algún pasado fueron amigas y vuelven a reencontrarse después de un montón años. En realidad, es la madre del personaje de Olivia —Amanda— quien paga al personaje de Anya —Lily—, a cambio de que ambas se reencuentren so pretexto de que ésta última reciba clases particulares de la primera para ayudarla en sus estudios. La chiquita Amanda tiene alguna clase de desorden mental o esquizoide, pues no siente culpas ni tampoco alegrías, por lo cual es totalmente desinhibida y muy inteligente. Anya es perversa e hipócrita como cualquier vástago multimillonario promedio. Es entonces que Amanda y Lily enseguida entran en sintonía dando inicio a una relación íntima y morbosa. Amanda se da cuenta de que Lily odia a su padrastro y le propone asesinarlo: “La vida humana no es algo sagrado —le dice, destapando una botella de vino—. No hay nada sagrado en que se unan un pene y una vagina, y escupan una personita. Si esa persona hace más daño que bien, es una máquina fallada, como un caballo rengo. Hay que sacrificarlo”. La película comienza con Amanda, justamente, sacrificando a su caballo purasangre. Más o menos sobre la mitad de la cinta, Lily entra en la cuenta de que su madre y su padrastro quieren enviarla a un internado para chicas con problemas de comportamiento. Después de meditarlo buena parte de la peli, Lily se decide por fin a asesinar a su padrastro. Buscan un cómplice, y encuentran un dealer fracasado a quien extorsionan para que mate al padrastro. El plan del dealer fracasado fracasa, ya que el tipo huye. A todo esto Lily ya está embalada con hacer boleta a su padrastro, se da cuenta que lo desea más que nunca. Urde un plan. En el último tramo de la película, Amanda lo sabe y sabe que ella misma es parte de ese plan. Entonces Amanda le saca la verdad a Lily, quien termina confesando que ella tenía planeado sedarla con un somnífero que puso en su refresco, matar al padrastro y culparla por el crimen. Como a Amanda no le importa nada, se bebe el refresco y queda planchada en el sillón, frente a la televisión. Lily parece dudar unos segundos, es su única oportunidad y la aprovecha, mata al padrastro a cuchilladas. En la última escena, Amanda cuenta que frecuentemente tiene un sueño muy extraño, en el que desaparecen las casas y las personas y sólo hay caballos purasangres hermosos, galopando, apareándose, por el barrio, las calles, no tienen dueño, y toman el control. Esto es hermoso —dice Amanda. Y Lily también lo piensa, pero jamás lo dirá. Amanda también lo sabe, pero a ella nunca le va a importar.