Tuvimos que dejar las muelas de Mariana para poder salir del bar. Tomamos, reímos y charlamos y fue tanta la algarabía que recién al final nos dimos cuenta. Apenas teníamos algunos pocos pesos en los bolsillos.
Tuvimos que dejar las muelas de Mariana para poder salir del bar. Tomamos, reímos y charlamos y fue tanta la algarabía que recién al final nos dimos cuenta. Apenas teníamos algunos pocos pesos en los bolsillos.