Menuda experiencia by Animate & Pyta & friends para agitar la escena. Y por eso escribimos un relato, para bancar una buena gran idea. Y también para agitar la escena de la yerba agroecológica tradicional gruesa, porque está buena. Como los cocidos que bebimos. Buenos. Y ciertamente lo hicimos por la historia. Para compartir, también, una menuda historia, sin final, eso sí. Ése es un problema que van a tener que resolver ustedes.
Enseguida me percato de que hay algo extraño en sus ojos. Y en los suyos también. En los ojos de todos. Los cuatro. Lo noté desde que llegué a la oficina y estaban así, como si nada. Es decir, ¡como si nada! Es imposible que todos estén como si nada, así nomás. Algo raro está pasando acá.
Además, me están mirando como si me crecieran cactus en la cabeza. No lo sé, son los sueños. Siempre sueño, incluso despierto; tengo ese problema. Es extraño, en serio, porque cuando sueño no suelo soñar como si nada, y mucho menos así nomás.
Camino hasta mi escritorio de la esquina, que da a la ventana que da a la calleja random del fondo. Hace frío, pero no siempre hace frío. Pero hoy, especialmente, no hacía tanto frío.
Exijo a Hécuba, la community manager, no salir en las historias de nuestras redes hoy; vine con la peor de las ondas. Me siento, me acomodo. Pongo agua a hervir. Busco en los estantes de mi casillero individual mi paquete de yerba agroecológica tradicional gruesa. Usar yerba agroecológica tradicional gruesa no es lo mismo que usar cualquier yerba a secas. Su sabor y aroma son hipnóticos y entrañables. Es otra experiencia, pero no van a entender si no prueban.
Con las historias pasa lo mismo.
Ahora sí, carraspeo la garganta. Mi yerba agroecológica tradicional gruesa no está. Menuda sorpresa. Pregunto en voz alta, retóricamente enojado, quién usó toda mi yerba agroecológica tradicional gruesa y no repuso.
Cuatro, cuatro somos acá.
No estamos tomando mate, estamos nomás, así, como si nada, dice Pentheus, el guionista de los reels. Entonces, ¿qué pasó con mi yerba agroecológica tradicional gruesa? ¿Se evaporó nomás? Pregunto así, a ver si alguien se digna a reconocer el secuestro y enfrentar la verdad.
Yo, Clitemenestro, respiro hondo. Nadie pide recompensa. Ok. Me voy al patiecito de los corifeos, puteo mentalmente. Después vuelvo a respirar más hondamente y regreso más hondamente a mi escritorio.
Miro por la ventana a la callejuela random del fondo. Recién están empezando a llegar los usuarios. Los usuarios siempre quieren saber qué va a pasar, y yo siempre les digo que si ellos no lo saben, nosotros podemos imaginarlo por ellos para que se haga realidad.
Che, en serio, ¿quién usó toda mi yerba agroecológica tradicional gruesa? Pregunto así, más indignado, a ver si alguien se hace cargo. Cuatro somos, cuatro en la oficina. Miren, de verdad les digo, si no aparece el, la o le culpable, no redacto más los copys para los feeds. En serio les digo, en serio.
Todos volvieron a mirarme como si nada. Pero yo sabía que alguien tenía que haber sido. Están Electra, la que filma; está Hécuba, la community manager; está el guionista Pentheus, y yo, Clitemenestro. Y yo, Clitemenestro, obviamente no tuve nada que ver.
Ayer, cuando me fui de la oficina, más de medio paquete había. Estoy seguro.
Hécuba exige que aprovechemos la situación y contemos una historia. Pentheus se copa enseguida porque siempre dice que sí a todo lo que dice Hécuba. La otra es la otra. Filma, me apunta con su dispositivo e inician un streaming en vivo. Hashtag: DóndeEstáLaYerbaAgroecológica.
Es muy largo eso, nadie va a escribir tanto, dice Hécuba.
Bueno, no sé, después fijate, digo yo.
Streaming en vivo. Nuevo reinicio, pregunto otra vez, mirando compungidamente a nuestros seguidores, procurando practicar con mi cuerpo acciones absurdas para mantener la atención. Eso dice el Manual de los Streamers. Epa, epa, no se distraigan, plano medio americano, insisto a la que filma.
¿No es raro que todos estén así, como si nada? ¿Y al mismo tiempo no pase nada? Pentheus dice que en la oficina todos están así, excepto yo.
Con más razón, con más razón, respondo; o sea que robaron mi paquete de yerba agroecológica tradicional gruesa para que yo me haga la distraída así, como si nada. Digan la verdad.
¿Cuántos views tenemos?, pregunta Hécuba. Más de tres mil, dice Electra, la que filma. Sí, cotizamos en alza, se responde a sí misma. Bien, bien, vamos bien, dice Pentheus mirando ascender la curva del éxito.
Ahora, capaz lo mejor es que agreguemos pistas a la historia y que al mismo tiempo pase algo, porque la gente se aburre si no. Si no pasa algo, digo, los seguidores se van.
Sí, eso, cuidemos eso, que la gente no se aburra. Sí, que pase algo.
Conflicto. Se llama conflicto. Sin conflicto no hay historia.
Bueno, una posibilidad podría ser: la que perdió el paquete de yerba culpa a Hécuba, la community manager, sugiere el guionista Pentheus y lo redacta en el bloc de notas de su celular.
Sí, hagamos eso, insisten al unísono los otros dos.
Refunfuño, esto no va para ningún lado. Y quiero decirles a todos los que nos están viendo, que yo, Clitemenestro, no perdí la yerba. La yerba me la robaron.
¿Un conspirador? Alguien sabía, previamente al conflicto de la trama, que vos ibas a reaccionar así, me interpela Hécuba.
No está mal, necesitamos más seguidores, podría ser una buena estrategia, opina Electra.
Dudo que alcance, escribe Pentheus. Tendrán que hacerse cargo del final.
¿Y eso qué significa? pregunto a Hécuba; ella ya sabe que no me gustan las historias que terminan sin finales.
¿Así como? ¿Terminan, pero sin finales?
Sí, ya sabés. La Ley Bradbury.
¿La ley Bradbury?
Sí, la ley Bradbury dice que el final, en una historia, lo es todo. Si la historia es mala, pero tiene un final bueno, la historia será buena en general. Si la historia es buena, pero tiene un final malo, la historia será mala en general.
¿En serio estamos saliendo en vivo?
¿Quién es Bradbury?
No importa.
Hagámoslo.
¿Qué cosa?
Que el final lo propongan nuestros seguidores, dice Hécuba.
Pero sacrificaríamos la verdad, respondo.
A veces hay que hacerlo, delibera el guionista.
Sí, es perfectamente comprensible, dice Electra, la que filma.
Sí, sacrifiquemos la verdad, dice un usuario en un comentario en vivo.
¿Qué tienen que hacer nuestros seguidores?
Que manden fotos, vídeos, no sé.
¿Para qué? ¿Fotos, vídeos de qué?
El paquete de yerba agroecológica tradicional gruesa, que nuestros seguidores nos digan dónde está.
Más o menos el final, dice el guionista.
No te preocupes, va a funcionar.
Bueno, dale, que empiecen a mandar. Que interactúen, ¿ok?
Ya llegó una interacción, preguntan si pueden mandar fotos de historias donde hagamos como sí nada.
¿En serio este es el final?

