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Portada Donde duermen los gorilas

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Año: 2020

154 páginas

Edición digital - Literatura Tropical

Ciencia Ficción - Distopía

Por Noelia Albretch

Advertencia: Si usted no sabe a qué nos referimos cuando hablamos de gorilas, NO se acerque a la obra. Puede que su sensibilidad se conmueva y de repente, se altere su manera de percibir el mundo. Alfredo Germignani utiliza palabras-símbolos que representan nuestra historia como argentinos. Aquellos seres nos asustan aunque, en ocasiones, podamos sentir crecer un pequeño gorila dentro de nosotros. Nadie es tan cercano a nosotros como el supuesto enemigo…

Donde duermen los gorilas” es el nombre del cuento más extenso que compone el libro que lleva el mismo nombre. La elección es clara, debía llamarse de este modo porque al leerlo se comprende el universo que constituye la obra.

El texto se compone de 10 cuentos que narran un futuro extraño y quizás algo extremo, como siempre, en el norte. La ficción de Alfredo hiperboliza los sucesos naturales y la sensación de quien lee es de empatía. Resulta imposible no acompañar a los personajes en el sufrimiento porque en la República Tropical todo es posible y creíble. Entendemos el enojo de Patricio Punk ante la inundación y la bronca de Cindy ante el maltrato policial.

Androides, humanos robotizados, muñecas inflables, corrupción, robos, inflación y la miseria del egoísmo humano se exponen en distopías caóticas porque sobrevivir a este mundo demanda ser valiente, astuto y extremo.

Desde un futuro, no tan lejano, se denuncian las miserias del presente y nos conectamos con las actitudes egoístas del día a día. El hombre devora al hombre bajo los diversos reinados del Gran Monkey. La falla es social y el triunfo, si existe, individual. Sobrevivir, entonces, es encontrar la manera de demostrar la astucia porque en el fondo de la mierda o la miseria, seguimos con vida y todavía se puede luchar.

“Donde duermen los gorilas” es un libro sobre las minorías, los distintos, los marginales o aquellos que se la rebuscan. Ellos son los que levantan la voz y gritan las miserias de los gobernantes, funcionarios y corruptos de turno.

Por otro lado, se denuncia que la vida se organice en base a la exposición pública. En el cuento que da nombre al libro leemos: “Obviamente había gente que no estaba de acuerdo pero la gran mayoría tropicana abrigó con ilusión y esperanza la posibilidad de que sus difuntos pudieran formar parte del patrimonio cultural” El arte necrófilo de Godofredo Epifanio forma parte de esa cultura del espectáculo que hace de la búsqueda de la fama una actividad sin escrúpulos. El cuerpo humano se fragmenta y se exhibe.

En el futuro hay situaciones que no cambian por ejemplo, el desprecio por el arte y los artistas continúa vigente. Godofredo, decide que hay que tomar venganza ante las humillaciones recibidas y sus obras salen a la calle a manifestarse. Entonces, él se pregunta: “¿Saben, ustedes, dónde duerme un gorila?” Los periodistas lo escudriñaron rabiosamente. El viejo Epifanio sostuvo la mirada.

—Un gorila duerme donde se les da la gana. —sentenció, y se desató la carnicería.”

Alfredo nos hace pensar sobre los límites del arte. ¿Cuáles son los elementos que pueden utilizarse para crear? Porque está claro que el arte y la literatura como parte de él, no deben despertar estúpidos “Qué lindo”. Alfredo busca otras reacciones.

Él construye su obra con finales abiertos que dejan al lector con la sensación de ¿y ahora qué? Hay que aprender a llenar los espacios, a completar lo que en el juego ficcional se nos cede como responsabilidad. Leerlo es una experiencia que te demanda compromiso porque ahí están los ñeris, los travestis, los androides y todas las minorías que sufren el abuso de la policía, como en “Humo de marihuana”, pero que todavía pueden pensar en redención cuando compensan esos agravios con otros.

En “El interventor” se narra como los contactos sirven para acceder a cargos de poder. No importa si usted se halla capacitado o no para tal fin porque el dinero que promete su posición hace la propuesta más que tentadora. Los personajes de Germignani exhiben sus miserias. Ninguno es inocente, aunque todos cuentan con un momento de redención. Alfredo parece querer decirnos que nadie es bueno o malo, simplemente hay que sobrevivir y toda estrategia es válida bajo el gobierno del Gran Mono.

En “El garrote” vamos al pasado y recordamos que en el principio fueron los primates y de ellos viene gran Mono o ¿volvemos a ellos? En definitiva, pasado y futuro parecen repetirse. ¿Evolucionamos o involucionamos? ¿Qué significa evolucionar?

Los cuentos se conectan entre sí por los lugares que circulan los personajes, las oficinas que ocupan y los puestos de trabajo porque como lo sabemos en las ciudades chicas todos nos conocemos. La ciudad y sus instituciones son tan protagonistas como los personajes.

Asimismo, la naturaleza tropical toma vida y deja de ser simple paisaje cuando se torna protagonista en “Una aventura ecosexual” En el cuento se destaca el poder del lenguaje y la manipulación de las creencias. Bajo el efecto narcótico de las palabras y otras drogas se cometen las más disparatadas aventuras y rituales.

En “El bautismo” se relatan los extremos del fanatismo y la búsqueda de un mecenas que colabore para alcanzar la fama. Los artistas encumbrados suelen mirar hacia abajo para ayudar a otros, hacerlos vivir una vida de popularidad y disfrutar de su emergencia, en todos los sentidos. Todos quieren y buscan reconocimiento, hasta Cock Roach, “la primera cucaracha doméstica en tener nombre y ser declarado «Ciudadano Ilustre»”

Las metáforas forman parte de la ficción y son los lectores atentos los que deben proceder a interpretarlos. Un funcionario cucaracha y un gobernador Gran Mono… no hay mucho para pensar. Me refiero a que Alfredo apela al lenguaje codificado pero no cerrado, podemos entenderlo porque él quiere ser entendido.

La violencia hacia los gobernantes y desde ellos hacia el pueblo es extrema y despiadada.  Pero no todo es sufrimiento y abuso de poder bajo el reinado de Gran Mono porque él se acuerda del pueblo y les regala muñecas inflables para liberar sus deseos carnales y a nosotras, las mujeres nos brindó este regalo: “organizó entregas gratuitas de cápsulas inyectables de solución salina para aumentar la densidad de las tetas de las mujeres y ganar así el cariño popular de la gente”. Estas medidas populares lo mantienen en su puesto.

Para completar la asistencia, el gobierno distribuía bolsitas alimenticias que mantienen con vida a los más necesitados. “Con las bolsitas vitamínicas evitamos que se mueran, y estamos erradicando la delincuencia”, había declarado una semana atrás el ministro de la Felicidad, Teobaldo Cauteloso.

Todo lo ve y lo controla el omnipotente y omnipresente Gran Mono, pero obviamente desde lejos. Su nave panóptica lo mantiene al margen del contacto real. “la astronave de Gran Mono salía eyectada hacia la atmósfera, se remontaba a la estratósfera de manera tal que en uno o dos minutos podían estar, él y su séquito de peluqueros, tomando decisiones de alto impacto institucional, en un paraje selvático de Pampa del Infierno o en Villa Río Bermejito, en una ubicación secreta, obviamente.”

La prensa siempre juega un rol fundamental y en el gobierno de Gran Mono ella lo difama y destroza artistas o personalidades como Cock Roach, la cucaracha parlante funcionaria.

“Donde duermen los gorilas” se lee escuchando a Los violadores, Sex Pistols, porque al libro lo que sobra es actitud. No se acomode en su silla porque la lectura lo va a despertar como si hubiera recibido una patada ninja.

Alfredo necesita de un lector cómplice que siga su lógica, que se conecte con los senderos de sus pensamientos y recorra junto a él el camino que nos propone en cada cuento. Las referencias a los lugares y a los acontecimientos nacionales y provinciales se conjugan como en un libro de historia. Sin embargo, no se trata de una descripción lejana sino, que se vive porque la realidad lo atraviesa y, como escritor, la única manera de digerirla es vomitarla como ficción. La literatura sana y “Donde duermen los gorilas” es el medicamento de venta libre, de uso social, recreativo pero nunca pasatista. Leerlo nos demanda tomar partido porque ante “Donde duermen los gorilas” los tibios desmayan y los débiles huyen.

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