Subí el volumen 🔊 o ponete 🎧 escuchá «La Libertad«, del libro de poemas NON-FICTION, un artefacto literario que este 2018 sale o sale.
Grabamos en el Centro Cultural Alternativo ( Cecual, de Resistencia – Chaco), en el estudio del colectivo artístico CheDé, que nos acompañaron en la técnica sonora y por supuesto hicieron este hermoso vídeo.
Alabadas sean las palmeras !!!
LT – «La Libertad»
Agustina Bartoli / voz
Alfredo Germignani / guitarra de una sola cuerda
La libertad es un síntoma inequívoco
de debilidad y hastío:
de otro modo sería imposible
explicar por qué
todos los días
esnifan toneladas
de noticias de realidades
aumentadas de periodismo
perfeccionador de cegueras
y eyaculador de catástrofes
y sodomizador de audiencias.
Es evidente que ya nadie puede
sostenerse real y verdadero.
Que las formas no memorizan
más que la fatalidad
de levantarse
para ir a laburar, es silencio certero
y fulminante: saber que la literatura
no sirve para nada.
A nadie le importa
si la literatura sirve o no para algo.
Una acción cualquiera
se termina a su tiempo.
Nada desmerece por haberse
terminado. No recibe
menoscabo alguno quien
lo puso en ejecución
por el hecho de haberlo
concluido de haberlo
inventado de haberlo
visto amputado mal cocido.
Es así de simple.
Es así de sencillo.
Todos matan por igual
con igual intensidad
con igual o similar delirio.
Ciertamente: lo primero
que tenemos que hacer
es matar a todos los abogados.
Y a todos los demás también.
Nadie es tan afortunado.
Infinito e insondable
es el trancazo del destino
cuando te la ensartan
desprevenido desde
las profundidades
el sablazo amansador
de revoltosos y subversivos.
Me pregunto cuántas veces más
encontraré mi tedio doméstico
desbordado de incongruencias
bastardas de noches esnifadas
de porros portentosos en flor
de sacudidas virulentas
brota el magma apocalíptico
de los mandamases consentidos
mientras escribo ya no importa
si me doblo o transmuto
en una versión autoficcionada
de mí mismo.
A ver si nos entendemos,
harto de espectáculo estamos
los literators que sólo
escribimos porque
nos cabe el estilo.
Pero la lucha no termina
cuando todo se pierde.
Es el grito inarticulado
que llaman silencio,
ocupa las miserias del orgullo
en el preciso momento
en que revientan
las arterias de dólares
y un blanco vacío
fermenta la mirada gélida
y fría del rubiecito
porteñero garcador
y pecho frio.
Mi fe salvaje me levanta
de entre los muertos
los olvidados los bárbaros
los transas los ñeris
los indios los putos
del Subtrópico litoraleño
desde las profundidades
del gran humedal vengo
porque puedo mensurar
soles y palmeras
pulverizar arados
con la mirada
parrillar suculentos
asados con una mano
atada a la espalda.
Es así de simple.
Así de sencillo.
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