Estreno: 1 y 2 de Julio Próximas funciones: Agosto
Por Ariel Sobko
La hýbris es según Deleuze uno de los motores de la repetición. Retornan las formas extremas, aquellas que van hasta el fin de la potencia –pequeñas o grandes, no importa– transformándose y pasando las unas dentro de las otras, lo que es extremo, lo que es excesivo, lo que por el grado pleno de su intensidad traspasa dentro del otro y se vuelve idéntico. El error trágico, la hýbris, el pecado de exceso, la desobediencia de los dioses, conduce justamente a llevar una potencia hasta el final, hasta el extremo de su forma, realizada completamente, desborda los límites ficticios de cual o tal individuo, de tal o cual Yo, y cae en el exceso que como un imán atraerá para su repetición a los héroes del futuro.
Es muy curioso que siendo la hýbris uno de los motores de la repetición, sea precisamente Hýbris el nombre de la obra de Literatura Tropical en homenaje al teatro antiguo. El carácter neobarroco del guión, el gesto desmesurado, grandilocuente y melodramático de los actores, es lo que justamente nos conecta con el pasado de los hombres de la antigüedad, extasiados con la hýbris de sus héroes trágicos, justamente el exceso que podemos repetir.
Sin embargo, en nuestra cancina y anodina época contemporánea —cuya naturaleza misma es el retorno— una obra dedicada a la hýbris, de alguna u otra manera, termina profanándola. El teatro de Literatura Tropical, con su maravilloso espectáculo performático, pareciera decirnos de la hýbris algo como de lo que versan dos refranes típicos del momento: lo que sucede conviene o lo peor no es tan malo cuando sucede.
Por otra parte y en el mismo orden de cosas sabemos que Heráclito es tal vez la mayor oposición a una filosofía de la repetición. Si, en nuestra época la filosofía de la repetición deleuziana es la episteme, Heráclito es su terrorista. Cuando cree que no nos bajamos dos veces al mismo río, lo hace especialmente para oponerse a la permanencia, es decir, a la repetición por exceso. El cambio es descanso para ella. “Cambiando descansa” o “reposa a la vez que cambia y su fatiga es atormentarse y permanecer”. Según Nietzsche, la hýbris es la piedra de toque, con la que se mide la pureza de todo heraclitiano. Para probar que alguien cree que todo es cambio perpetuo, baile de la llama del fuego, debe observarse su inclinación para la desmesura, la desobediencia y los excesos. ¿Cuál será la piedra de toque heraclitiano en estos tiempos contemporáneos?
Todo puede volver, incluso lo peor. Sobre todo puede volver lo peor, porque repetimos justamente, como dice Deleuze, lo que es excesivo y extremo, porque es la Hýbris lo que precisamente está llamada a repetirse.
Fotos: Guadalupe Gimenez
SINOPSIS
Hýbris (o La desmesura en la tragedia postraumática pop) es una obra basada en tragedias de Esquilo y Eurípides. Mimetiza la performance con el lenguaje escénico de la dramaturgia de vanguardia. Cuenta, en cuatro escenarios simultáneos y música harsh noise en vivo, la onírica tragedia de Jasón rey de Mankin; su esposa la hermosa Medea; sus rencorosas hijas las Hisminas; Éride la diosa de la Discordia, y el atormentado poeta Alexandro cuyas historias son sus pesadillas.
FICHA TÉCNICA
Personajes