«Lo que no pude decirte aquella vez» de Marcelo Caparra

Fragmentos - Literatura Facebookera

SINOPSIS

Facebook es, en otras muchas cosas, nuestra casa vivienda virtual. A veces un rancherío, chabolas y, en fin, una verdadera villa miseria literaria. El catálogo más completo de batas de toalla enmohecidas, bombachas agujereadas y de elásticos chingados. Vivimos todos, juntos, virtualmente hacinados, como en nuestra otra casa vivienda, donde convivimos con nuestras esposas –aquéllos que tengan o hayan tenido más de una, pues esposos una vez, esposos para siempre- mascotas, primos, hijos y –de existir una política de puertas abiertas suficientemente laxa- amigos, buscas y vividores en general. En ese hacinamiento literario, de vez en cuando ocurre el milagroso suceso de la alta literatura: como lanzarse de boca, con las manos atadas en la espalda, a un arenero de mugre y desperdicios para rescatar pequeños caramelos con la boca. Caramelitos de esperanza y placer. Y por ahí, también pastillas de colores para emprender un viaje a las oscuras profundidades de la tristeza y el recuerdo. Marcelo Caparra es, y no tengo dudas sobre esto, uno de los mejores escritores de nuestra generación. Siento que aún no hemos visto nada de todo lo que tiene en sus dedos para teclear. Por lo pronto, tienen ustedes aquí un frasco de caramelos que comprueba la posibilidad de una literatura o género literario nuevo: literatura facebookera o facebookista. Son tan potentes, tan bellos y diversos los textos que forman esta obra que a la postre se alzan como prueba de que un género tal es posible sin prescindir de la aspiración estético y poética mínima (en el caso de Caparra, máxima) que debe presidir el arte de la escritura. Arte y oficio que la bellísima prosa de Marcelo Caparra logra amalgamar haciéndonos creer que es algo sencillo. Lees, seguís leyendo, y sin darte cuenta estás esperando el próximo texto de este libro infinito y en carne viva.

FICHA TÉCNICA 

Título: Lo que no pude decirte aquella vez. Año: 2014. Autor: Marcelo Alejandro Caparra. Ilustraciones de interior: Mario Quinteros. Páginas: 96. Edición: Contexto – Literatura Tropical.

+ DETALLES SOBRE LA EDICIÓN

Editorial Contexto y Literaturatropical.com ponen en tus manos el nuevo libro de Marcelo Alejandro Caparra: Lo que no pude decirte aquella vez, con ilustraciones del artista visual Mario Quinteros. Un caleidoscopio de la escritura fragmentaria aventurándose al universo paralelo de Facebook: nuestra otra casa-vivienda virtual, donde, de vez en cuando, ocurre el milagroso suceso de la alta literatura: como lanzarse de boca, con las manos atadas en la espalda, a un arenero de mugre y desperdicios para rescatar pequeños caramelos con la boca. Caramelitos de esperanza y placer. Y por ahí, también, pastillas de colores para emprender un viaje a las oscuras profundidades de la tristeza y el recuerdo. Tienen aquí un frasco de caramelos que comprueba la posibilidad de una literatura o género literario nuevo: literatura facebookera o facebookista. Caparra se encumbra como prueba de que tal género es posible sin prescindir de la aspiración estético y poética mínima (en el caso de Caparra, máxima) que debe presidir el arte de la escritura.

BIO

10602963_271490353048157_356065457_nMarcelo Alejandro Caparra (Resistencia, 1973) es un destacado  docente y capacitador del NEA. Profesor en Enseñanza Media y Superior en Letras (UNNE), distinguido por la Academia Argentina de Letras con el Mejor Promedio de su promoción. Ha  publicado obras destacadas (Garabatos/Walsh Cuerpo, letra, porvenir , es un buen ejemplo), presentador y prologuista de numerosos libros e importantes autores: La Filosofía y el barro de la Historia de José Pablo Feinmann, Filosofía y Poesía en Eduardo Fracchia, de Martha Bardaro, Lagunas de Germán Parmetler; los poemarios Merodea, de Jorge Dipré, Inhalar, resistir, expirar, de Rocío Navarro, Último tango en parir y Sobras Completas de Mario Caparra y Hatum Pampa, de Daniel Acosta Velásquez y las novelas Eclipse de mujer, de Francisco Romero, El último caso de Rodolfo Walsh, de Elsa Drucaroff, Nada bueno bajo el sol, de Orlando Van Bredam y Tanto correr, de Mariano Quirós entre otros.

ASÍ TECLEA 

¡Feliz día músicos, engrupidos, prepotentes, soberbios, narcisistas, arrogantes! Pequeños chompiras que se adjudican como propios inventos y hallazgos que nunca fueron suyos, sino –y a lo sumo–, patrimonio del mundo, jurisdicción de la armonía (que es una gramática milenaria y que ya era vieja en los años de Pitágoras, quien la escuchó por primera vez y la bautizó «harmonia tou kosmou» mientras jugaba al bowling con las estrellas), patrimonio de la tradición o de los ancestros o alfabeto de la humanidad.

Pavorreales de goma eva, orfebres de la pobreza ontológica, chimpancés de la camarita, la pedalera y el falso glamour, sucursales de otra sucursal.

*

¡Profesor! Quería pedirle disculpas por todas las cosas feas, agresivas o hirientes que le dije la otra vez. Y pedirle que, por favor, evalúe a mi hija sin tener en cuenta todo eso, mi comportamiento, que lo olvide.

Por supuesto, señora, quédese tranquila. Lo voy a hacer pero no porque me lo pida sino porque me mueve la íntima convicción que su hija no tiene la culpa de la mierda de ser humano que es usted. Mierda fea, agresiva, hiriente. Y ahora sí. Ahora estoy listo para olvidar.

ARTE DE PORTADAS

ILUSTRACIONES > Mario Quinteros

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